martes, 29 de marzo de 2011

Los olvidos que caen


Al principio intentamos olvidar y cuanto más lo intentamos más recordamos.

Poco a poco recuerdo que pasada la media noche venías a mi lado, tu brazo rodeaba mi espalda y tu rodilla rozaba mis muslos. Recuerdo que encendías una vela con mucho cuidado de no despertarme y que cuando un giro de página hacías ponías empeño en silenciarlo cuanto podías.

Pasados los años intentamos recordar, mas los recuerdos se escapan como arena entre los dedos. Una arena seca que cae lenta pero cae toda.

Poco a poco olvido tus uñas y cómo arañaban mi espalda, olvido tu olor y la suavidad de tu rostro en el mío, las flores que amabas, los sitios de las cosquillas y olvido tu risa, el color de tus ojos, la fuerza de tu abrazo y olvido tu olvido.

jueves, 24 de marzo de 2011

Camino de hormigas

Las personas... ese animal que se hace llamar persona. Esa especie bípeda que ha poblado Gaia. En ocasiones puedes llegar a odiar a muchas de esas personas. A veces puedes llegar a matar a unas cuantas. Teniendo suerte incluso puedas llegar a amar alguna de ellas.

Cada vez ruedan más y caminan menos; pero en ocasiones tu rumbo y el de otra persona, igual que en un camino de hormigas, se cruzan.

Sonrisas intercambiadas, palabras silenciosas, miradas escandalosas y una intensa satisfacción por compartirlo con ese otro viajero.

Cuando la estación llega y las puertas se abren, una de ellas se queda. Fue enorme el placer de sostener en la mano aquel regalo de despedida: nueve cifras y un nombre.

La vida a veces nos patea y otras nos acaricia.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Caprichos frustrados


Siempre parece tener un as guardado, siempre gana... siempre lo hace. ¿Cuántas veces intentó engañar a aquel caprichoso destino que le da cuanto no desea y le arrebata cuanto pretendía conservar, en un intento fallido por fingir desear aquello no deseado y mentir maldiciendo aquello que verdaderamente anhelaba?.

Llegada la noche solo quedan los suspiros frustrados, el eterno humo del tabaco que ayuda a nublar el presente y una risa forzada que nadie nunca notó.

Poco a poco pierde pelo y en sus uñas podrían encontrar trozos de un tiempo mejor, un tiempo olvidado al que intentó aferrarse con todo lo que pudo.

Sin querer las hemorragias se disipan y las primeras costras se dignan en aparecer.

Las cicatrices quedan, éstas son para toda la vida.



martes, 15 de marzo de 2011

Recuerdos de un cajón

Encontré papeles arrugados, sobres nunca enviados, cartas nunca leídas. Encontré olor a libros viejos, el olor de la nostalgia.

Encontré el sabor de lo agridulce en aquellas hojas amarillas, el sabor de aquello que jamás ha de volver. Entre los calcetines y los pijamas, en ese cajón de los recuerdos. Es allí donde impacientes aguardan las cartas que nunca leíste, las fotos que nos hicimos y el olor de tu colonia impregnado en aquella bufanda que un día dejaste olvidada sobre mi cama.

Encontré un dilema antes nunca planteado: deshacerme de aquel pasado o dejarlo intacto en aquel cajón, esperando a una nueva equivocación. De todas formas, Zafón tal vez estaba en lo cierto y solo recordemos aquello que nunca sucedió.